Municipio surcado por los arroyos Valredondoy Campijones y el río Yeltes que separa este término del de Cerralbo.
Próximos al núcleo de población se encuentra el monte Villar (al sur), los montes de Roblemocho (con una altitud máxima de 785 m.) y Laguna (al norte).
Posee un patrimonio artístico interesante en el que destaca, en primer lugar, la iglesia parroquial de San Salvador.
El templo es de finales del siglo XV principios del XVI, de grandes dimensiones, de una sola nave con forma de cruz latina, cruzada por tres arcos redondos y con capiteles de bolas siendo la cabecera de una anchura menor que el cuerpo de la iglesia, estando cubierta esta parte por una bóveda de crucería de la misma factura que la de la sacristía.
De lo más destacado de la iglesia es una pequeña estancia abovedada en arco en cuyo centro se sitúa una imagen del Niño Jesús. Esta naveta, de buena factura, sobriamente tratada, sin decoración, y en la que se aprecia la pervivencia de ciertos elementos de tradición escurialense del siglo XVII. Esta pieza en cuestión, fechada en el año 1645, presenta características muy similares a las de otra naveta que se conserva en la iglesia parroquial de San Juan de Sahagún, en Salamanca.
Preside la iglesia un retablo de bella factura finalizado en 1561 en estilo barroco por Juan Bautista de Salazaren cuyo centro se sitúa El Salvador (tamaño humano) estando realizado dicho retablo en madera de pino y recubierto con pan de oro y pigmentos. Del mismo modo hay dos retablos barrocos a los laterales.
Llama la atención la hermosa torre campanario del siglo XV de estilo isabelino, de gran anchura frontal, construida con sillares de cantería, decorada con bolas en esquinas y cornisas, disminuida a media altura. Destaca su remate final, su crestería a modo de corona con bellos remates de pináculos con pomas, único ejemplo en la provincia de Salamanca que presenta esta peculiaridad.
El campanario sirvió como torre-fortaleza del palacio de los señores de Guadramiro, “Los Marqueses de Castellanos” que tenían su palacio muy cercano a la torre y que presentaba la misma ornamentación que la torre.
Por último, resalta que en su interior se guarda un crucifijo del maestro Lucas Mitata del siglo XVI de gran valor, así como una talla de Santa Lucía del siglo XV, muy venerada en otra época y de la que se cree que tuvo su propia ermita.
También se puede visitar la ermita de Nuestra señora del Árbol (s.XVI) al sureste del pueblo sobre un teso. Templo gótico construido entre 1543-1593 de grandes dimensiones, construida con dos alturas y cuatro arcos perpiaños, siendo la torre de espadaña y los materiales de cantería. Destaca su gran bóveda de crucería, mejor incluso que la de la iglesia parroquial. Esta bóveda es digna de ver, con arcos góticos de tremendos labrados y trenzados en piedra de granito. La torre-espadaña tiene detalles ornamentales muy propios del Renacentismo.
Aunque originalmente se edificó para venerar a la Virgen del Árbol (románica, cuyo retablo se sitúa en un costado de dicha ermita habiendo ocupado el frontal de la misma hasta hace cuatro décadas) al desaparecer las ermitas dedicadas a San Sebastián y a San Cristóbal que existían en Guadramiro las imágenes de éstas se trasladaron a esta ermita pasando a presidir la misma en 1972 la talla de San Cristóbal que sorprende a los visitantes por sus grandes dimensiones (3 m de altura) y la gran calidad de su talla.
Curiosamente, esta ermita posee unas dimensiones mayores que la mayor parte de las iglesias de la comarca.
La extraordinaria imagen de San Cristóbal custodiada actualmente en la ermita de Nuestra Señora del Árbol, es famosamente conocida por toda la comarca de las Arribes y la provincia de Salamanca por su gran envergadura.
La escultura mide casi tres metros de altura, sorprendiendo al visitante por sus dimensiones. Fue tallada sobre un descomunal tronco de nogal negro en 1585 por el escultor italiano Lucas Mitata, autor de otras obras de gran interés tanto dentro de la provincia de Salamanca como fuera de sus fronteras.
El precio que costó dicha talla fueron 300 ducados, para presidir la ermita adscrita al Santo, ubicada en el teso de “San Cristóbal” al Noroeste de Guadramiro, el cual ha heredado el nombre de dicha ermita. Dicha talla ha tenido siempre una cofradía muy devota.
Según el libro de CASASECA, A. y NIETO, J.R: Libro de los lugares y aldeas del Obispado de Salamanca (1604-1629), se cita la existencia de la ermita de San Cristóbal “muy bien tratada, con su cuerpo de iglesia y capilla, con una famosa imagen de San Cristóbal”. La ermita debió de ser construida en los siglos XV-XVI, anteriormente a la imagen del Santo. Esta ermita despareció posteriormente pasto de las llamas por causa de un fuego.
En los libros de la cofradía aparece reflejado que la imagen se trasladó a la iglesia parroquial de El Salvador, el mes de Agosto de 1748 y posteriormente otros datos de 1866 la sitúan ya en su actual emplazamiento de la ermita de Nuestra Señora del Árbol.
Hay datos de la existencia de la cofradía desde el S.XVI, en los que aparece una Bula Papal, y un libro recoge el reglamento y datos de cuentas hasta nuestros días.
Guadramiro estuvo habitado por Marqueses, siendo el pueblo cabeza de un Señorío que abarcaba varios de los pueblos de los alrededores, dentro, eso sí, del Condado de Ledesma. El linaje que ejercía dicho Señorío era el de los Maldonado-Ormaza, más conocidos en la zona como “Marqueses de Castellanos” al poseer también dicho título originario de Castellanos de la Cañada (Ávila).
Dichos Marqueses poseían varias casas-palacio en Guadramiro, pero cabe destacar el palacio que guardaban en el centro del pueblo, cercano a la torre, la cual ejercía funciones militares de defensa del mismo.
Dicho palacio databa del siglo XV, con fachada de cantería. Estaba decorado con bolas en esquinas y cornisas al igual que la torre, la cual, como se ha indicado, se construyó como atalaya para su defensa. Las armaduras eran de par y nudillo. Las almojayas tenían labor de menado.
La entrada estaba formada por una amplia puerta en arco, adornada con tachuelas negras y grandes las de los castillos. En el centro de la fachada de cantería destacaba el blasón de los Maldonado, con cinco flores de lis puestas en sotuer, igual que el escudo de dicho linaje en el palacio de Castellanos, hoy convertido en hotel, en la calle de San Pablo de Salamanca.
La mansión de los Señores de Guadramiro disponía de seis cuartos bajos y otros seis altos, con sus paneras, un corral, un patio y varias dependencias que servían de oficinas excusadas. Tenía doscientos veintiséis vidrios, entre puertas y ventanas; un jardín, un gabinete y otras estancias más. Cada habitación tenía los azulejos de un color, y todas ellas había retratos y tapices de gran valor.
El palacio tenía varias salidas al jardín y al huerto por la fachada y laterales. El conjunto medía 80 varas de frente por 74 de fondo, con una altura de unas 12 varas.
El Palacio perduró en pie hasta mediados del siglo XX (1960), siendo recordado por los mayores del pueblo perfectamente. Actualmente apenas se conservan restos de las paredes del jardín y de las paneras cubiertas de hierba. También se conserva la portada de entrada de uno de los corrales, el pozo con sus piedras, y una puerta con tachuelas. En el resto del solar se construyeron tres casas.
De las casas palaciales existentes aun se conserva una (s.XVI) con tres escudos nobiliarios en la fachada y otro en el suelo de uno de los balcones, toda la fachada de sillares de cantería. Para acceder al jardín hay una imponente antigua escalera de piedra.
Posiblemente, tanto esta casa como algunas de las otras que pertenecieron a los Señores de Guadramiro, los Marqueses, fuesen adquiridas a finales del siglo XIX, por miembros de otros linajes emparentados, mediante alianzas matrimoniales, con los Marqueses de Castellanos, a juzgar por la presencia, en los referidos blasones, de representaciones heráldicas de los Díaz de Ledesma, Rodríguez de Ledesma, Nieto y otros.
Sobre este particular, consideramos oportuno recordar que el linaje Diaz de Ledesma figura representado en uno de los cuarteles del escudo existente en la fachada de la casa Solís, en Salamanca.
En cuanto al linaje de Rodríguez de Ledesma, sus armas aparecen en un escudo procedente del desaparecido palacio del duque de la Roca y hallado en el Campoo de Tiro, y, también en otro que blasona la fachada del propio edificio del palacio de Figueroa, actual sede del casino de Salamanca, en el que se hallan representadas las armas de esta última familia.
Dentro del casco del pueblo, en las calles Los Rollos y Las Peñas, subsisten las ruinas del que fuera hospital de pobres y peregrinos, un edificio construido a finales del siglo XV o comienzos del XVI, sobre un gran canchal granítico. Esta zona del pueblo es muy peculiar, donde constantemente afloran grandes rocas de granito en la superficie. Algunas incluso penetran en viviendas.
La fachada principal del hospital es toda de piedra de cantería y la portada de grandes dovelas, bien trabajadas. La puerta aun se conserva, pero está en mal estado. Va toda adornada con almojayas.
El referido edificio constaba de una habitación baja y corral. Medía de frente 28 varas, y de fondo, 7. Tenía una ventana aun existente en la parte frontal, cuyo mainel ha desaparecido.
Sin duda, dicho hospital servía para atender a los viajeros y menesterosos que pasaban por las inmediaciones de Guadramiro, a través de viejos caminos, cuya existencia nos recuerda la toponomía: la Cañada, la Calzada, el Camino Hambriento, el Camino las Rodillas y otros. Dicho edificio es ahora de propiedad privada, necesitando restauración.
La alhóndiga era la panera-deposito de grano del pueblo, donde se recogía el grano, para la compra-venta. Laalhóndiga de Guadramiro data del siglo XVII. Se trata de un amplio edificio de 25 metros de largo por 10 metros de ancho en un solo cuerpo; conseguido mediante 4 grandes arcos de piedra. Su altura también es bastante considerable. Dicho edificio es ahora de propiedad privada, necesitando restauración.
En el pueblo también hay una fuente medieval s.XV-XVI, un álamo centenario al lado de la iglesia (probablemente s.XVI) con un tronco de 2m de diámetro, así como varios cruceros repartidos por el pueblo y gran cantidad de estelas funerarias romanas embutidas en muchas de las construcciones del pueblo. Destacar también que parte de la Plaza Mayor esta porticada con columnas de granito.
Otro tipo de categoría tipográfica constructiva que podemos encontrarnos en Guadramiro, es la que se extiende por «el barrio Las Peñas», donde aparecen de una manera imponente grandes peñas de granito. Lo impresionante es que están en pleno casco urbano, y en su día cuando se levantó el pueblo, seguramente fueron un condicionante para situar su población, ya que es un firme muy bueno y aflorado en la superficie.
Los guadramirenses han aprendido a convivir con ellas, ya que en ciertas viviendas penetra algún trozo de las mismas, lo cual crea un ambiente paisajístico del barrio Las Peñas muy digno de ver, especialmente en invierno, que es cuando les crece una capa de musgo que las hace más llamativas. Una pena que muchas de estas viviendas se dejen perder y nadie sea capaz de restaurarlas.
Puntos de interés
Ubicación: 41°01′03″N 6°29′36″O
Territorio: Tierras del Oeste Salmantino
Superficie: 31,48 km²
Altitud: 745 m
Codigo Postal: 37219
Distancia Salamanca: 74,9 Km
Distancia Portugal: 43,3 km (paso fronterizo Freixo de Espada à Cinta)
Web: www.guadramiro.com